Después del Jueves y el Viernes pasamos a mis comentarios del sábado en Benicassim.
Empezamos el sábado con el que es mi favorito entre los grupos españoles, nada menos que Astrud, ese dúo tan bizarro como inquieto. Esta vez se habían unido al Col-lectiu Brossa para cambiar su formato electrónico habitual por música de cámara. Está claro que no es lo mismo, pero era un punto de vista suficientemente diferente como para aportar un valor. Genís salió al escenario bastante discretito, si exceptuamos sus habituales taconazos (que casi le cuesta un tortazo al entrar). Tocaron las nuevas versiones de orquesta que podemos encontrar en su nuevo disco, es decir, los grandes hits y un par de temas nuevos. Sonó de maravilla y finalmente, antes de conectar con la famosa Hay un hombre en España, nos regalaron su versión de Voglio vederti danzare de Franco battiato, que cuadró perfectamente con los instrumentos que había sobre el escenario, y con el aire de indiferencia que tiene el cantante. Aquí os dejo un vídeo grabado por Eneko Rufino:
Después vimos a unos Lori Meyers como siempre entregados y resultones, que sirvieron para un comentario clave que oí entre el público en Arctic Monkeys: «Lori Meyers se lo han trabajado más». Y no podía ser más cierto. El supuesto concierto del día y uno de los platos fuertes del festival, esperadísimos, salieron, como les ocurre a muchas bandas bien consideradas, como si ya tuvieran el partido ganado antes de empezar. No debió de salir una gota de sudor de la frente de Alex Turner, y de haberlo hecho, él posiblemente no se hubiera enterado, porque parecía estar en otra parte, ausente. Tan ausente como las emociones en un directo correctísimamente ejecutado pero absolutamente carente de alma. Además, jugaron la baza de tocar temas menos comerciales, lo cual no hizo sino agravar la sensación de aburrida constancia. Si a esto unimos que su último disco ya no tiene la chispa de sus primeros trabajos, decididamente podemos hablar de la gran decepción del FIB 2011 junto con la trampa de Juan Maclean.
Entre medio unos Beirut que volvieron a regalarnos los oídos con sus delicadeza y su nostalgia de regusto de europa del este.
En el próximo capítulo terminamos ya con el domingo.
